ANÉCDOTAS

Hace 15 años, en el T1 de Barajas,  cuando no existían las benditas cintas organizadoras delante de los mostradores de facturación,  cuenta Chema que tenía una larga fila de pasajeros esperando en su mostrador a ser facturados. Se aglomeraban y cuando les iba a tocar el turno, casi se echaban encima del que estaba siendo atendido. A menudo si este viajaba sin equipaje, se adelantaban a poner su maleta en la báscula para ir adelantando. 

Esta costumbre y la concentración necesaria en la pantalla  había desarrollado en Chema la costumbre de preguntar al pasajero que atendía si la maleta que estaba en la báscula era de él con objeto de no "liarla".

Una vez más cuando avanzó de turno y a mitad de los pasos necesarios en pantalla para atender al que ya había pedido el pasaporte y estaba atendiendo observó que había una maleta un poco hortera, sucia y destartalada en la cinta, y dos o tres pasajeros casi encima del que estaba siendo atendido por lo que dudando si sería de los impacientes maleducados de atrás, preguntó al que atendía: 

-¿esta maleta es suya?. El pasajero no contesto y miró de reojo a los de atrás que estaban casi en su chepa. 

Chema insistió más alto por si no le había oido: 

-¿Perdón, caballero esta maleta es suya?

El otro una vez más, atorado, volviéndose hacia los de la espalda, casi miraba hacia otro lado y optó por seguir sin contestar mientras apartaba la mirada hacia ningún sitio repiqueteando en el mostrador con los dedos como gesto de nerviosismo.

Chema ya empezando a estar calentito, se levantó y en un tono bien cabreado y volumen de voz exageradamente alto y casi irrespetuoso mediante el que se adivinaba "pero usted es tonto" le repitió por tercera vez:

- ¡ Le estoy preguntando si esta maleta es suya !

El pasajero ante esta presión, con gesto avergonzado tuvo que contestar:

-No, es de mi cuñado que me la ha prestado porque yo no tenía.

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El pasajero:

 -Buenos días, tenga mi pasaporte, ¿me puede dar ventanilla lo más delante posible?.

El agente de checkin:

 - Lo siento, por delante no puedo darle, le voy a tener que dar por detrás.

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Hace tiempo, me mira a los ojos un asiático y me dice: 

- ¿Evelin?

Y yo le contesto: 

- no tengo ninguna compañera que se llame Evelin.

Replica: 

-No, vuelo con Evelin. 

Casi me caigo de la silla cuando me di cuenta de  lo que quería decir, AIR BERLIN. 

Otra vez me preguntaron por la compañía  Vigen estrés.

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